jueves, 23 de enero de 2014

IX CURSO ESTATAL DE MEDIADORES/AS EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS EN LOS PROGRAMAS DE OCIO NOCTURNO JUVENIL

La ASOCIACIÓN JUVENIL ABIERTO HASTA EL AMANECER en colaboración con el Plan Nacional Sobre Drogas,
PONE EN MARCHA EL

IX CURSO ESTATAL DE MEDIADORES/AS EN PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS
EN LOS PROGRAMAS DE OCIO NOCTURNO JUVENIL

Fechas: de Febrero a Junio de 2013 (semipresencial).

Destinatarios/as: Concejalías de juventud, grupos de jóvenes, asociaciones Juveniles,
interesados/as en poner en marcha programas de ocio alternativo.

Precio: GRATUITO (a excepción de los desplazamientos).


Pincha aquí para obtener toda la información

- PLAZAS LIMITADAS -

+ Info.
T. 985 31 34 01  (Pablo Yáñez)
C/ Soria Nº5, Gijón (Asturias)
www.abiertohastaelamanecer.com


jueves, 16 de enero de 2014

Sabemos que fumar mata, entonces ¿por qué seguimos fumando?

  Los fumadores están más concientes que nunca de los riesgos que esto representa para su salud; ¿por qué no lo dejan?

Fumar puede matarte. Lo sabemos desde hace por lo menos 50 años. Aun así, millones de personas en todo el mundo siguen fumando y otras miles adquieren el hábito cada año. ¿Por qué?
Sus historias involucran fuertes adicciones, un desafío ferviente y miles de millones de pesos invertidos en promover  y fabricar cigarrillos.


Un retrato de desafío

"Fumar es mi mejor amigo", dijo Barry Blackwell. Blackwell encarna perfectamente el dilema de cómo la cultura de fumar ha cambiado, pero su hábito no lo ha hecho. Está tan estrechamente ligado al hábito, que aparece en una elegante serie de retratos que documenta la vida de los fumadores.
"Pensé que era interesante explorar por qué la gente sigue fumando a pesar de la repulsión pública", dijo Laura Noel, una fotógrafa profesional y profesora de la Universidad de Emory, quien desea convertir la serie en un libro.
Mientras fotografiaba estos retratos, notó la diferencia de edad entre los fumadores. Los fumadores jóvenes, comentó, lo disfrutan con una suerte de desafío ensayado: "Ves un poco más de adicción cuando las personas se hacen mayores".
Blackwell tiene casi 60 años y dirige el último estudio de revelado de fotografías en blanco y negro que queda en la ciudad de Atlanta, en el sureste de Estados Unidos. Dice que se ha aferrado a esta otra actividad pasada de moda (fumar) desde que las autoridades de salud de Estados Unidos empezaron a advertir en contra del hábito. Sin embargo, cuando empezó a fumar a los ocho años, no sabía nada acerca de los riesgos para la salud.
Blackwell creció en Carolina del Norte, región del tabaco. Pasaba los veranos trabajando en la granja familiar de tabaco. "Todos los que me rodeaban fumaban, todos", dijo.
"Cada habitación de la casa tenía un cenicero. No recuerdo que alguien en la escuela me dijera que eso estaba mal. Incluso recuerdo que cuando iba al médico para un chequeo regular, él me examinaba con un cigarro colgando de su boca. Era una forma de vida".
Cuando se alistó en la Marina, el gobierno le proporcionaba diariamente cigarrillos junto a sus alimentos enlatados. Con el transcurso de los años, sin embargo, su entorno que apoyaba el hábito de fumar cambió.

Fumar a pesar de las restricciones

Su propia madre dejó el hábito hace un par de décadas después de sufrir dolores en el pecho. "Me ha acosado desde entonces", dice Blackwell.
Pocos lugares públicos le permiten fumar. Incluso el parque donde Blackwell solía hacer ejercicio pasó a ser un entorno libre de humo el año pasado. Bromea acerca de que "se divirtió mucho cuando fumar era más aceptable socialmente" y dice que ahora es más difícil para él conseguir una cita.
"A las mujeres no les gustan los hombres que fuman", dijo.
Ahora se limita a fumar en una habitación de lo que llama su "cueva". Sin embargo, no se avergüenza de fumar, y se niega a mentir sobre ello, como lo hace aproximadamente el 40% de los fumadores de cigarrillos, según una firma independiente de investigación que llevó a cabo una encuesta reciente por encargo de la empresa de cigarrillos electrónicos V2 CIgs.
"La gente te ve con menos consideración cuando fumas", dijo Blackwell. Hasta los desconocidos le dicen que el cigarrillo lo matará cuando lo ven fumar. "Es uno de los pocos prejuicios socialmente aceptables que quedan".
Ha intentado dejar de fumar , pero nada ha funcionado. De hecho, dijo que en la década de los 80 tuvo más éxito en dejar una droga que supuestamente es más adictiva: "La cocaína fue mucho más fácil de dejar que los cigarros".
Hay una muy buena razón para ello.

Perder la capacidad de elegir

A pesar de que fumar daña tu salud, no lo notas al principio. Esa es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud llama al tabaco un "asesino gradual".
Para cuando los fumadores pueden sentir los efectos, ya son adictos.
"Los fumadores generalmente empiezan a fumar cuando son adolescentes o jóvenes. Al principio, fuman en reuniones sociales", dijo Sherry McKee, directora del Laboratorio de Farmacología del Comportamiento de Yale.
"La mayoría de los fumadores jóvenes creen que pueden dejarlo fácilmente  en cualquier momento y casi todos creen que no serán fumadores a largo plazo".
"En última instancia, perderán su capacidad de tener la libre elección de fumar", dijo Jed Rose, el director del Centro Duke para Dejar de Fumar en Carolina del Norte.
"Entonces, 30 años después es cuando normalmente los vemos en nuestros programas , tratando desesperadamente de dejar de fumar, porque ahora no pueden pasar un solo día sin un cigarrillo".
Las advertencias en los paquetes de cigarrillos han utilizado un lenguajecada vez más fuerte  en el transcurso de los años.
En 1965, la ley federal de Estados Unidos exigió que la advertencia "Precaución: El consumo de este producto puede ser dañino para la salud" debía estar ubicada en el costado del paquete, según el CDC.
En 2014, las cajetillas de cigarros en México llevarán la leyenda: "Tendrás una muerte lenta y dolorosa", según la Secretaría de Salud . Estas cajetillas llevan imágenes de ratas muertas, personas enfermas y discapacitadas por enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
En contraste, las imágenes disuasivas en las cajetillas fueron prohibidas en Estados Unidos por un juez en 2011.

Adicción a la conducta

Mientras tanto, una fuerte combinación de factores fisiológicos y biológicos hacen que las personas sigan fumando.
"Los productos químicos de los cigarrillos trabajan en las estructuras en lo profundo del cerebro de un fumador, literalmente alterándolas para que el hábito se vuelva profundamente arraigado", dijo Rose. Con drogas como la cocaína, puede haber una incomodidad extrema por la abstinencia en los primeros días, pero luego desaparece.
"La adicción a la conducta de fumar puede ser mucho más fuerte que los síntomas de abstinencia a corto plazo de una droga dura", dijo.
Eso significa que los fumadores pueden ser más adictos a los comportamientos de fumar que a la nicotina. "Cada movimiento que un fumador hace : encender el cigarrillo, la inhalación, todos los sentimientos y sensaciones que esto implica; el paquete completo se vuelve altamente adictivo", dijo Rose.

Decisiones de quienes dejan el hábito

La modificación de la conducta  y el parche: ese es el enfoque que el fumador Derrick Jones está asumiendo como propósito de Año Nuevo para dejar de fumar.
Jones, de 36 años no recuerda por qué empezó a fumar. De hecho, dice que les prohibía a su madre y a su abuela que fumaran cuando iban con él en el auto.
Trató de dejar de fumar la primavera pasada, pero el alcohol era un factor desencadenante, indicó.
No puede evitar estar cerca del alcohol. Los domingos es el anfitrión delkaraoke en un bar local y dice que eso siempre lo deja con deseos de fumar.
Esta vez el parche parece ayudar, pero interrumpe su sueño. "El parche me da pesadillas y me despierta a las 5 de la mañana", dijo Jones.
Va al gimnasio por la mañana y el ejercicio parece ser una distracción positiva , dijo.
"Pensé cambiar todo de una vez, mis hábitos alimenticios , hábitos de ejercicio y el hábito de fumar, para estar mejor preparado para un cambio total".
Blackwell, mientras tanto, dice que renunció a intentar dejarlo. "Todavía corro y sigo saludable y he tenido muchos fumadores en mi familia que llegaron a cumplir más de 80 años de vida", dijo.
"Fumar siempre está conmigo, mucho después de que los amigos y las personas se han ido. Los cigarrillos siempre están aquí".

martes, 7 de enero de 2014

El consumo de alcohol durante el fin de semana deja huella en el ADN de los jóvenes

investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad Autónoma de Nayarit (México) analizan en estudiantes universitarios mexicanos el daño oxidatvo por la ingesta de esta sustancia.

Hasta la fecha los efectos del alcoholismo se han estudiado mayoritariamente en personas con una larga trayectoria de consumo de alcohol, y, por tanto, con un cuadro clínico que va desde el daño hepático a diversos tipos de cáncer, depresión y problemas del sistema nervioso.

Ahora, un estudio preliminar dirigido por una investigadora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en colaboración con la Universidad Autónoma de Nayarit (México), ha analizado el efecto del alcohol en personas jóvenes y sanas. Los resultados, que publica la revista Alcohol, indican que el consumo de esta sustancia los fines de semana puede afectar al ADN.

La idea de estudiar el efecto oxidativo por la ingesta de alcohol en ese periodo surgió cuando la investigadora Adela Rendón daba clases de Bioquímica Clínica en el Instituto Politécnico Nacional en México. Muchos de los estudiantes que acudían a clase los lunes a primera hora mostraban falta de atención y malestar generalizado consecuencias de haber bebido alcohol durante el fin de semana.

La investigadora les propuso estudiar los efectos que tenía en su organismo ese consumo de fin de semana que los estudiantes creían inocuo. Los estudiantes se involucraron en el proyecto, en el que también participó el investigador Jesús Velázquez (Universidad Autónoma de Nayarit, México), y, tras completar los requisitos administrativos pertinentes y obtener la colaboración de diversos expertos en encuestas y análisis, definieron el objeto del estudio: el daño oxidativo producido por del consumo de bebidas alcohólicas en personas jóvenes.

Los estudiantes se dividieron en dos grupos: el grupo de control lo formaban los jóvenes que no bebían alcohol y el grupo de estudio los que bebían los fines de semana. Para comprobar que se trataba de personas sanas sin otro tipo de enfermedades o adicciones que pudieran alterar los resultados del estudio se realizaron análisis de sangre. La edad de los jóvenes oscilaba entre los 18 y los 23 años, y el consumo medio de alcohol era de 118 g, litro y medio de cerveza, por ejemplo.

Se midió la actividad de la enzima alcohol deshidrogenasa, responsable del metablismo del etanol a acetaldehído, acetoacetato y acetona. El daño oxidativo se evalúa por un ensayo bioquímico TBAR (especies que reaccionan al ácido barbitúrico), y refleja la lipoperoxidación que sufre la membrana por efecto tanto del etanol en la sangre como del acetaldehído producto de la acción de la enzima sobre el etanol. Por tanto, existen por lo menos dos vías por las que se forman radicales libres que pueden deteriorar la integridad de la membrana celular.

Aunque los investigadores esperaban encontrar daño oxidativo, el resultado les llamó la atención según comenta Adela Rendón. “Observamos que los que bebían tenían dos veces más daño oxidativo que el grupo que no consumía alcohol” y decidieron continuar con una prueba para evaluar si el ADN también se veía afectado: el ensayo cometa. Extrajeron el núcleo de las células linfociticas de la sangre y lo sometieron a electroforesis.

“Lo interesante es que si la cromatina no está bien compactada, si hay daño en el ADN, en la electroforesis deja un halo”, lo que denominan “cola de cometa”. Y, en efecto, la cromatina del grupo expuesto dejaba un pequeño halo, mayor que la del grupo de control. Para ser exactos, los resultados mostraron un daño en el 8 % de las células en el grupo de control y en el 44% en el grupo expuesto. Por tanto, el grupo expuesto tenía 5,3 veces más células dañadas.

La longitud de la cola de cometa

Para poder afirmar la existencia de un daño relevante en el ADN la longitud de la cola de cometa debe ser mayor que 20 nm, y no era el caso. “Afortunadamente”, comenta la investigadora, “pero es que no debería de haber daño alguno, porque llevan muy poco tiempo consumiendo alcohol, no han estado expuestos de forma crónica”.

La vía por la cual el alcohol llega a alterar el ADN no se conoce todavía. Ese será el siguiente paso: estudiar el re-empaquetamiento de la cromatina y el comportamiento de mecanismos tan complejos como las histonas en estos individuos.

“Cuando hablamos de alcoholismo juvenil nos referimos a jóvenes que beben alcohol sin llegar a ser adictos. La adicción implica una cuestión más compleja social y psicológicamente hablando. Este es un alcoholismo social” comenta la investigadora, “pero que a la larga causa daño, y hay que tener conciencia de eso”.

Hasta ahora nunca se había documentado daño sobre el empaquetamiento del material nuclear en estadios tempranos de alcoholismo, quizá porque la mayoría de los estudios se realizan en etapas tardías, con personas que llevan consumiendo alcohol de forma adictiva durante muchos años.

El consumo nocivo de bebidas alcohólicas es un problema de alcance mundial, y representa un importante problema de salud, social y económico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el alcohol causa 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo, de ellos 320.000 son jóvenes de entre 19 y 25 años, y causa daños que van más allá de la salud física y mental del bebedor.