ROSA FERRIOL. PALMA Palma ha sido la sede de las XXIV Jornadas Nacionales de Drogodependencias de Cruz Roja, donde los expertos han analizado durante tres días las conductas adictivas para lograr "visibilizar lo invisible". Ana Espinosa es la responsable del área de inclusión social de Cruz Roja en Balears y explica que una de las conclusiones de estas jornadas es que el fenómeno Binge Drinking es el nuevo patrón de consumo que se da es España y que consiste en consumos muy altos concentrados en un periodo corto de tiempo en personas que no tienen una dependencia del alcohol. La experta puntualiza que este modelo procede de los países nórdicos.
—¿En conductas adictivas, es posible visibilizar lo invisible?
—Creemos que es posible y, por ello, organizamos estos congresos que son un punto de encuentro para que los distintos equipos de Cruz Roja que trabajan en drogodependencias en toda España reflexionen sobre determinados temas. De todas maneras, queda mucho por hacer porque los patrones de consumo van cambiando y, a veces, no tenemos capacidad para adelantarnos.
—¿Cuál es el patrón de consumo de la población?
—El patrón de consumo responde a un fenómeno llamado Binge Drinking, es decir, consumos muy altos concentrados en un periodo corto de tiempo en población que no tiene dependencia del alcohol. Es un fenómeno que se da en todos los grupos de edad. El consumo de alcohol en España es moderado pero el patrón va cambiando ya que adoptamos el patrón de los países nórdicos. Es decir, entre semana no beben pero lo concentran todo en el fin de semana. El Binge Drinking no tiene traducción porque todavía no se utiliza mucho, pero a la larga lo empezaremos a oír.
—¿Qué consecuencias tendrá este nuevo patrón de consumo?
—Hasta ahora las campañas van dirigidas a las personas que tienen un problema con el alcohol y en las jornadas se ha remarcado que las personas relacionadas con el Binge Drinking no están relacionadas con una dependencia del alcohol y quedan fuera de estas estrategias de intervención. Entre las consecuencias, los expertos han remarcado que este nuevo patrón de consumo tendrá efectos en la salud y en la seguridad vial.
—¿A qué edad los adolescentes empiezan a consumir?
—La edad de inicio de consumo de sustancias es bastante baja, está entre los doce y los trece años.
—¿La prevención en jóvenes es eficaz o hay que buscar alternativas?
—En la adolescencia lo que importa es el grupo de amigos y es más fácil dejarse llevar. Una de las conclusiones de estas jornadas es que es importante aumentar la percepción de riesgo que tiene consumir drogas y alcohol entre los jóvenes. Las campañas de información no son suficientes, hay que hacer campañas que incrementen la percepción del riesgo ya que si la población toma conciencia de los riesgos es más probable que baje el consumo. Y en el contexto familiar y escolar, hay que trabajar la educación en habilidades sociales.
—¿Qué papel juegan los padres?
—Como digo es muy importante la educación en habilidades sociales, es decir, el manejo de la información y la toma de decisiones de los hijos. En el ámbito familiar es donde los adolescentes deben aprender la capacidad de decir "no" cuando sus amigos le incitan a beber alcohol o tomar drogas.
—¿El consumo de alcohol es diferente entre hombres y mujeres?
—Hay evidencias de que el consumo de alcohol afecta de manera diferente según el género. En el caso de las mujeres se hace un consumo en solitario, por ello, es más difícil de detectar. Además está más estigmatizado, es doblemente culpable y afecta a su rol maternal. En cambio, el consumo entre los varones está socialmente más aceptado. Estas diferencias deberían tenerse en cuenta a la hora de hacer un tratamiento.
Máster Oficial en Prevención y Rehabilitación de Conductas Adictivas 60 ECTS. 11ª edición, curso 2015/2016.