El tabaquismo pasivo genera enfermedad cardiovascular, respiratoria y neoplásica en las personas no fumadoras, según han constatado múltiples estudios. Diferentes investigaciones sugieren que el efecto cardiovascular de la exposición al humo del tabaco es casi tan grande en los no fumadores como en las personas que fuman. Prohibir el tabaco en lugares públicos consigue una mejora de la salud pública y de los problemas cardiovasculares.
Desde que se han ido conociendo estos datos, son más los países de todo el mundo que han ido incorporando normas que restringen fumar bien en el trabajo, en los restaurantes, en los bares o en muchos lugares públicos. Un estudio que publica la revista "Circulation" y otro recogido por "Archives of Internal Medicine" han evaluado la incidencia de problemas cardiacos y respiratorios antes y después de haber incorporado leyes antitabaco.
El estudio de "Archives of Internal Medicine" se ha limitado a analizar el impacto de esta normativa en el condado de Olmsted en el estado estadounidense de Minnesota, con una población de unos 144.000 habitantes, donde se incorporó una ley que prohibía el tabaco en restaurantes. Según su valoración, que tuvo en cuenta los infartos de miocardio producidos 18 meses antes de la normativa y 18 meses después, la legislación antitabaco redujo la incidencia de ataques cardiacos un 33%.
Por su parte, la investigación publicada en Circulation revisó los datos de 45 estudios que cubrían 33 legislaciones antitabaco tanto locales como estatales de diferentes lugares del mundo, como Estados Unidos, Uruguay, Nueva Zelanda o Alemania. En ellos se había analizado no sólo los casos de infartos de miocardio sino también la incidencia de ictus (accidentes cerebrovasculares), enfermedades respiratorias y otros problemas.
Según esta revisión, la legislación fue asociada con un 15% menos de ingresos por infartos de miocardio y un 16% menos de hospitalizaciones por ictus. Además, también generó impacto sobre los problemas respiratorios, como el asma o infecciones pulmonares, reduciéndolos en un 24%.
Otro dato que pudo extraerse de este estudio fue que cuanto más restrictiva fue la legislación , mayor fue el beneficio, es decir, aquellas leyes que protegían a los no fumadores en el trabajo, restaurantes y bares contribuyeron a que se produjeran menos ingresos por las enfermedades mencionadas.
El "precio" de la ley
"El público, los profesionales sanitarios y los políticos necesitan entender que las excepciones y las lagunas jurídicas -como las que se dan en los casinos- condenan a más personas a terminar en una sala de urgencias", explica Stanton Glantz, autor del estudio y director del Centro para la Investigación, Educación y Control del Tabaco de la Universidad de California, en San Francisco (EEUU). "Estas innecesarias hospitalizaciones son el coste real de no promulgar amplias legislaciones contra el tabaco".Porque el ahorro generado por algunas de estas legislaciones también se calculó en este trabajo. Así, 35 meses después de la norma antitabaco aplicada en Starkville (Mississippi) el ahorro generado fue de 302.000 dólares por ingresos evitados por infartos. Otro ejemplo es el de Alemania, cuya ley ha contribuido, en su primer año de vida, a un ahorro de 2,6 millones de euros en ingresos evitados por anginas de pecho y de 5,3 millones en hospitalizaciones por ataques cardiacos.
En un comentario, publicado en Circulation, Sara Kalkhoran y Pamela M. Ling, especialistas en medicina interna, señalan que ningún trabajador debería estar expuesto al humo del tabaco, "todos deberían tener la misma protección". Además, insisten en que el mensaje que hay que trasladar es que cuantas más áreas libres de tabaco adopte la legislación, mayor será el efecto positivo sobre la salud pública. "Deberíamos eliminar los vacíos legales de algunos lugares de trabajo y añadir, como espacios libres de humo, algunas localizaciones públicas, como los parques o las playas, además de prohibir fumar dentro de los coches", concluyen.