"Por desgracia, ese problema lo veremos muy pronto", lamenta el experto, que alerta de los usos problemáticos de las tecnologías
—¿El plan municipal que encabeza incluye tanto las adicciones a sustancias como las conductuales?
Efectivamente, aunque en la práctica la mayor parte de las personas a las que vemos vienen por un problema de adicción a algún tipo de sustancia, tenemos abierto el tratamiento a la adicción de forma genérica, de hecho los tratamientos son similares y hay una base neurobiológica común. Lo que sucede es que hay un aspecto concreto: está reconocida la adicción a sustancias como un trastorno mental en las guías de referencia, sin embargo las adicciones conductuales no están reconocidas como una enfermedad, entonces lógicamente los centros asistenciales dan cobertura a aquello que está reconocido, otra cosa es que en la próxima guía ya tendrán mayor entidad esas adicciones conductuales.
—¿A qué porcentaje de población afectan este tipo de dependencias?
—Depende de a qué aspecto nos refiramos, en el tema de la heroína a pesar de que es lo que más alarma social ha creado desde hace décadas habría que decir que es una adicción minoritaria, la adicción a la cocaína a día de hoy es causa de mayor número de ingresos de tratamiento que a la heroína, la prevalencia del cannabis es muchísimo más alta que la de la heroína y cocaína y sin embargo muy pocas personas van a tratamiento por ello, el alcohol ha cambiado completamente de patrón y hay ahora un montón de jóvenes que tienen un consumo abusivo, hablo de adolescentes, y ese problema por desgracia lo veremos dentro de muy poco tiempo.
—¿Se ha acabado el bebedor social?
—Completamente, el bebedor mediterráneo de toda la vida no tiene nada que ver con el bebedor joven actual. Antes el patrón era poca cantidad, muchos días, y ahora el patrón predominante en la población joven es mucha cantidad en pocos días.
—La edad media de iniciación en el alcohol en España son los 13 años...
—En Pontevedra hemos hecho un estudio desde el programa de prevención y los datos que nos salen son similares a los del resto de España, la edad de inicio está entre 13 y 14 años.
—Y a mayores están las nuevas tecnologías
—Hay un montón de personas que tienen un uso problemático, por llamarlo de alguna manera, de las nuevas tecnologías, sobre todo jóvenes. Es que si nos ponemos a hablar de adicciones la lista es casi infinita: adicción a las compras, al sexo, al trabajo, la verdad es que el objeto de la adicción puede ser cualquiera y dentro de no mucho tiempo probablemente lo más preocupante será el alcohol en la población joven, que ya lo es, y veremos que ocurre con las nuevas tecnologías, porque mal llevado este uso interfiere gravemente en el rendimiento escolar y en la socialización de los jóvenes, no es que no se socialicen, es que lo hacen de un modo muy distinto.
—¿Las nuevas tecnologías se asocian con un incremento de las ludopatías?
—La ludopatía, por cierto la única conducta adictiva sin sustancia que está reconocida a día de hoy aunque la incluyen en los problemas de control de impulsos, creo recordar que está presente en aproximadamente el 4% de la población, lo que sucede es que la ludopatía de toda la vida, la más frecuente, es la de las máquinas tragaperras, pero ahora mismo los casinos virtuales están empezando a producir un problema importante.
—¿Una conducta muy intensa o repetitiva es una adicción?
—No, a veces hablamos de adicciones y lo confundimos: no porque una conducta sea muy frecuente, de alta preferencia, significa que una persona sea adicta a ello, es algo muy distinto, tiene una entidad propia con algunas características: es una conducta que genera un deseo intensísimo, enorme, hasta tal punto que puede convertirse en la máxima prioridad; en una conducta adictiva uno pierde el control, tiene previsto invertir un tiempo determinado y el tiempo se le va con creces, le cuesta pararlo; esa conducta genera malestar cuando no se tiene, se interrumpe o no está accesible y además la persona persiste en la conducta adictiva a pesar de que le causa problemas, de que se está jugando el trabajo, los estudios o de que sencillamente está organizando el caos en sus rutinas diarias, y sin embargo es capaz de sacar tiempo de donde no lo tiene para invertir en ello, persiste a pesar de las consecuencias negativas, todo ello tiene que estar presente en la conducta adictiva, si no estamos hablando de otra cosa: de algo que nos resulta gratificante y que no hay nada de malo en ello.