Si deja de ver a los amigos, o de mostrar interés
por actividades que antes le encantaban, si ya no quiere hablar con el
resto de la familia, o está más irascible que de costumbre, o ya no
quiere cenar todas las noches, o duerme mal o descuida su higiene...
Si su hijo comienza a presentar estos síntomas, debe preocuparse pues
puede estar desarrollando una conducta adictiva a internet. Le ocurre a
más de 350.000 (21,3%) chicos españoles de entre 14 y 17 años. Son los
adolescentes europeos que tienen mayor riesgo de obsesionarse por usar
la Red y sufrir sus consecuencias: desde depresión, estados de ansiedad, hasta incapacidad para mantener relaciones con sus iguales o, incluso, esta adicción puede desembocar en conductas agresivas. Llegadas estas situaciones el menor ya es adicto a internet, y le ocurre a 1,5% chavales de nuestro país.
Esta es la principal conclusión de un estudio que ha presentado la
asociación Protégeles y que ha sido elaborado por distintas
universidades de países europeos. La investigación también ha revelado
que los adolescentes españoles son los que más usan de forma abusiva las
redes sociales, en concreto casi el 40% se conecta a ellas a diario y durante más de dos horas, una práctica que les pone en riesgo de caer en la adicción a la Red.
Según el presidente de Protégeles, Guillermo Cánovas, «la mayoría de
los chicos podrá superar por sí mismos esa primera etapa en la que se
muestran señales preocupantes de adicción a internet pero aún no son
adictos». Los que terminan desarrollando la adicción necesitarán ayuda
profesional, aparte de la de la familia. En cualquier caso, Cánovas da
dos consejos básicos a la hora de que los chicos usen esta herramienta:
que los padres regulen el tiempo que están en internet y que sigan
promoviendo otras alternativas de ocio (relaciones con amigos, deportes,
salidas...).