La prevención del consumo de alcohol da el salto a Primaria. La edad de inicio en el alcohol y el tabaco de nuestro país se sitúa en torno a los 13 años. Si antes las estrategias estaban centradas en adolescentes de 14 y 15 años, el incremento de niños de 12 que se inician ha provocado que la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas «intensifique» su estrategia. «Uno de los datos que nos han puesto en alerta ha sido que la edad de consumo ha bajado a los 12 ó 13 años. «La conclusión es que, si se inician a edades tan tempranas, la prevención ha de ser igualmente temprana», afirmó ayer a este diario Nuria Espí, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. «Tenemos que dar un paso adelante», añadió. Así, el objetivo se centrará en niños de 9 a 10 años.
La intención de Sanidad es plantear, de común acuerdo con las comunidades autónomas y las ONG una serie de campañas de prevención institucionales. «Nuestra intención es llegar a un acuerdo para que se pongan en marcha en todos los centros». ¿Su objetivo? Trabajar tanto con los niños como con las familias. «Hay que tener cuidado con el mensaje: que el menor conozca lo que hay y también los riesgos». Las reuniones tendrán lugar a lo largo de este mes. La delegación pedirá a las comunidades autónomas que tomen medidas para evitar la venta de alcohol a menores y la celebración de «botellones», así como un aumento de la vigilancia en supermercados.
Espí señaló que «el hecho de que haya aumentado el consumo de alcohol en menores ha provocado la reacción de la Delegación del Plan Nacional sobre Drogas». Y es que el alcohol, al no ser considerado una sustancia ilegal, es una cuestión de salud pública. «Siempre ha habido casos de borracheras en jóvenes, pero que ahora tengan como meta el ‘‘bringe drinking’’ –el consumo abusivo y rápido de alcohol con la borrachera como meta– a edades tan tempranas no era una constumbre», dice Espí. Las encuestas hablan de que uno de cada tres hombres y una de cada seis mujeres de 15 a 34 años llevan a cabo estos «atracones».
Con todo, ¿qué ha podido fallar para que la edad de inicio se reduzca? Espí apuntaba a las formas de ocio exportadas del extranjero debido a la «globalización», así como la influencia de determinadas series de televisión. También hizo referencia a «cierta permisividad en las familias que hay que trabajar».
Mamen Sánchez, directora de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid, recuerda que en la región se llevan a cabo programas de prevención de consumo en niños de 9 a 11 años. Se trata de programas a los que se sumaron unos 800 centros de la comunidad y del que se benefician unos 112.000 alumnos. Sánchez considera que «toda medida que suponga intensificar la prevención del consumo de alcohol es positiva». Sin embargo, cree que queda trabajo por hacer. Por ejemplo, considera «mejorables» las medidas de control de la oferta y venta del alcohol» que «no se siguen con suficiente efectividad». Por otra parte, cree también que hay cierta «banalización del consumo en las familias». Y no se olvidó de la influencia de las redes sociales, pues «se están convocando “botellones” por internet».
Estilo de vida
Y es que los expertos señalan que el estilo de vida español está vinculado directamente al consumo de alcohol. Las grandes fiestas tienen como hilo conductor las bebidas espirituosas, por lo que los jóvenes perciben desde pequeños un consumo que empiezan a ejercer desde los 13 años. Se ha convertido en una de las bases del modelo de vida de los jóvenes: «Esta sustancia es un elemento de socialización», apunta Ignacio Calderón, director general de FAD. En la misma línea y haciendo referencia a la edad de inicio, Calderón señala que «los 13 años es una fase de preadolescencia. En ese momento los jóvenes tratan de ser mayores y la fuerza del grupo es muy fuerte, por lo que empezar a beber se convierte en un ritual».
Es entonces cuando nace el verdadero problema del consumo de drogas. El alcohol es la sustancia más próxima a la que tienen acceso los jóvenes. Su venta en supermercados y en pequeñas tiendas de alimentación apenas tiene vigilancia, por lo que comprar una botella de ron, vodka o whisky es asequible para cualquier menor, a pesar de que su venta esté prohibida hasta la mayoría de edad. Según Calderón, en materia de prevención, «habría que ser más exigentes y seguir los ejemplos de la Ley del Tabaco o de las campañas que alertan de los efectos del alcohol sobre la conducción».
Las bebidas etílicas, con mensaje de advertencia, como el tabaco
Ante el problema del aumento del consumo de alcohol entre los menores y su cada vez más temprana edad de inicio, las instituciones políticas y públicas han decidido abordar la cuestión. El pasado 24 de febrero se aprobó un proyecto no de ley para prevenir el consumo de alcohol entre menores y otros colectivos de riesgo. Uno de los puntos que recoge la proposición con respecto a la industria de bebidas alcohólicas es la obligación de incluir un mensaje en el etiquetado de los envases, así como en los anuncios publicitarios. Dicha advertencia deberá estar en un lugar perfectamente visible, que muestre la prohibición de consumo de bebidas etílicas en menores y desaconseje el abuso de las mismas, exponiendo los riesgos que conlleva para la salud.