La asociación, que cumple 20 años en Cádiz, dice que hay que prevenir las adicciones desde la educación.
La ONG Proyecto Hombre, dedicada a la prevención y el tratamiento de toxicomanías y otras adicciones, celebra este año el vigésimo aniversario de su apertura en la provincia con una plantilla de 35 profesionales y 131 voluntarios, y convertida en una de las organizaciones más activas en la sociedad gaditana a través de sus instalaciones en Jerez, de su punto de información en la capital y de su labor en centros penitenciarios y educativos.
El director de Proyecto Hombre en Cádiz, Luis Bononato, recordó ayer los orígenes de la llegada de la ONG en Jerez en 1991, gracias "a la iniciativa y al empuje" de un grupo de familiares y voluntarios de la asociación Cometa, con el apoyo del Ayuntamiento de Jerez y la Diócesis Asidonia Jerez. Después se unieron otros, como el Ayuntamiento de Cádiz, otras administraciones públicas y algunas cajas de ahorro y organizaciones religiosas.
La trayectoria de 20 años de trabajo han puesto de relieve un cambio del perfil de los afectados por adicciones que recurren a Proyecto Hombre. La lacra de la heroína en los 80 y 90 ha dado paso a otras adicciones en otros colectivos diferenciados. "Adultos insertados social y laboralmente con adicción a la cocaína, el alcohol o el juego; adultos con problemas de inserción que siguen recurriendo a la heroína; Menores y adolescentes insertados, de familias normales, adictos al hachís y a la cocaína; y menores con el mismo problema pero en condiciones de difícil inserción", enumeró Bononato.
La disminución del prototipo de heroinómano, su salida de las calles y su marginación en poblados también ha provocado que la sociedad no perciba la drogadicción como un problema grave. Si en los 90 las encuestas situaban la problemática de las drogas en tercer o cuarto lugar de los principales problemas sociales, ahora su interés cae hasta la decimocuarta posición, según apuntó el responsable de Proyecto Hombre.
Proyecto Hombre atiende a unas 700 personas anualmente en la provincia, incluyendo los centros penitenciarios. El año pasado, prestó asistencia a 345 reclusos de los penales gaditanos y a 101 menores y adolescentes. Bononato subrayó que este colectivo de jóvenes centra ahora gran parte de la atención de la ONG: "Existe un problema con la incapacidad de asumir la frustración y de gestionar el fracaso que, en muchas ocasiones, deriva en adicciones, a las drogas o a cualquier otra cosa. Hay que poner el acento en el ámbito educativo y en la relación con los padres, que son dos factores decisivos para evitar problemas posteriores", explicó el responsable de la ONG.